Ese es el porcentaje que ha consagrado al régimen gobernante, por tercera vez consecutiva y "democráticamente" al frente del gobierno argentino.
Me pregunto: Que porcentaje de ese 54% corresponde a gente pobre, amenazada con quitarle los subsidios, en caso de no votar por el oficialismo nacional?
El gobierno nacional viene desarrollando desde hace casi 9 años una maquinaria formidable para fabricar pobres estructurales. Personas a las que reduce a la esclavitud de tener que acompañar al gobierno en los actos oficiales, aplaudir sus retóricos discursos cual tribuna alquilada y votarlo "democráticamente", bajo extorsión de quitarle el pan de la boca a sus hijos. Esta es la realidad que sostiene políticamente al kirchnerismo.
Pero no quiero ser tan simplista, no es esa la única razón de su triunfo sobre el país.
También tenemos una importante responsabilidad los dirigentes opositores, que no hemos podido organizar siquiera el 46% restante de los votos de manera más o menos unificada.
Ni siquiera fuimos capaces de refutar su falaz relato de la situación argentina.
Así, muchas personas de los sectores medios finalmente han apoyado al oficialismo, en base al conocido refrán "más vale malo conocido, que bueno por conocer"
Pero una cosa es segura: nadie le cree al gobierno. Ni los primeros -que lo votan bajo extorsión-, ni los segundos –que lo votan por no ver alternativas viables- Si la dirigencia nacional supiera que en verdad ya nadie le cree una palabra, podrían dejar de preocuparse en mentir constantemente. E igual ganarían elecciones.
Si se dieran cuenta de esta realidad, tal vez sería posible que mermara el asedio a la prensa. Pero tal vez la lucha contra la libertad está indisolublemente ligada al kirchnerismo. Forma parte de su ADN totalitario, donde no hay lugar para disensos, ni para minorías. Hay una única verdad de los cuales ellos son los portavoces. Y tienen la misión sagrada de difundirla, como la misión de la Santa Inquisición.
El empecinamiento del gobierno en fabricar su "#SanRelato", muestra hasta que punto el gobierno subestima a la gente.
Cree que nunca podrán dejar de mentir, ni por un minuto, por temor a que se caiga el telón de su relato fantástico de la realidad argentina: un país sin inflación, que progresa a tasas chinas, un país en el que se viaja seguro y casi no hay pobreza.
En ese relato de la realidad, también se han inventado a sus enemigos: la "Corporación mediática hegemónica", que no es otra cosa que el sector de prensa que luchamos por mantener nuestra independencia, y que simplemente decimos lo que todos ya saben: el santo relato de la Argentina salvada por Néstor es una patraña, siendo este gobierno el responsable de nuestros graves -y reales- problemas.
Tal vez por eso el gobierno nacional gasta más energías en construir el "relato", que en construir la realidad.
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