Entre tales avances tecnológicos, se destacan especialmente los relativos a las comunicaciones.
Así, tenemos una proliferación inédita de todo tipo dispositivos ultra modernos, tales como smartphones, GPS´s, tablets, por nombrar sólo a los más destacados.
El uso de estos avanzados equipos permiten llevar a la comunicación a un nivel nunca antes logrado.
Sobre esa base es que las sociedades modernas actualmente están conectadas mediante las más variadas redes sociales, laborales, o incluso con fines meramente recreativos. Las videoconferencias son algo habitual hoy día, año 2012. En el mundo libre (es decir, excluyendo a Venezuela, Cuba, China, Irán, Siria y demás estados totalitarios, teocráticos o sometidos de una u otra manera mediante las cadenas de alguna variante del socialismo), es posible acceder a cualquier tipo de información, mediante el uso de potentes buscadores web. Además, el ciudadano libre puede participar de foros de todo tipo y ejercer plenamente su libertad de expresión, garantizado por la plena vigencia del estado de derecho en sus respectivos países.
En este contexto es que en nuestro gobierno nacional, lamentable pero no novedosamente, ha decidido dar la espalda al estilo de vida democrático, en el que florecen las sociedades de los países más prósperos del mundo, logrando aprovechar toda la potencialidad y creatividad de todos y cada uno de sus individuos. O, al menos, no poniendo obstáculos a su derecho de expresión.
Es más, no sólo le da la espalda a este principio fundamental de la democracia: nuestro gobierno nacional utiliza a todas las instituciones del estado para manipular, extorsionar, coaccionar y reprimir cualquier medio de comunicación independiente, ya que claramente son uno de los obstáculos a vencer del sistema republicano –al que llego a gobernar haciendo uso (y abuso) de la vía democrática- para lograr imponer su régimen hegemónico y autoritario. En el modelo kirchnerista no hay lugar para la opinión de los ciudadanos, no es necesaria.
Además, la consideran peligrosa, es por ello que la combaten tan ferozmente.
Es por eso que se prohíbe la venta de los diarios “Clarín “ y “ La Nación” en los puestos del Mercado Central de Buenos Aires.
Es también por ello que se ha hecho lo imposible para evitar que el escritor Vargas Llosa oficie de presentador en la última feria del libro.
Es por ello que en el libro de Aníbal Fernández se incluye una lista de “libros enemigos del pueblo”
Es por eso que en los organismos estatales -que debieran ser templos sagrados de la democracia, instituciones neutrales, de servicio para todos los argentinos, y no usados políticamente-, están plagados de afiches en contra de “Clarín”: esta es la manifestación más aberrante y patética del “modelo nacional y popular”, el estado usando su poder institucional para agredir a los individuos y socavar sus derechos más elementales, como el de expresarse.
Sepan que algunos de nosotros jamás nos callaremos, independientemente de los métodos nazis que utilicen.
Como dijo el Che: “Prefiero morir de pie antes que vivir arrodillado”
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