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miércoles, 11 de enero de 2017

Escribe el Dr. Enrique Guillermo Avogadro


"No se os puede dejar solos" (*)

"Con el pasar de los meses, como me rehusaba a hacer la magia, tantas veces intentada anteriormente, de terminar la inflación de un solo golpe, aplicando un nuevo úcase sobre la política económica, un cierto desánimo se abatió sobre los dirigentes. Hasta hoy no sé dónde encontramos ánimo para resistir tantas presiones". Fernando Henrique Cardoso

Me despedí el 17 de diciembre porque, como las siguientes notas hubieran debido salir el 24 y el 31, imaginé que usted no estaría de ánimo en Navidad o Año Nuevo para digerirlas. Pero las tres semanas en que desaparecí de su computadora se convirtieron, sin lugar a dudas, en días especiales, no habituales para estas fechas tempranas.

En la última columna le conté qué podía suceder en la audiencia que la Cámara de Casación había convocado para dos días más tarde, ya que en ella se decidiría la suerte de la denuncia del Fiscal Nisman que, lo creo firmemente, condujo a su asesinato. El fin de año llevó al Calafate la peor noticia judicial esperable; basta con recordar cuánto hizo el kirchnerismo para tratar de impedir que, finalmente, llegara. Ahora, doña Cristina Elizabet Fernández y un montón de sus cómplices será investigada por encubrimiento al terrorismo internacional; cuando comencemos todos a escuchar las miles de horas de conversaciones entre los implicados, la señora se convertirá -si no lo ha hecho ya- en una paria internacional, amén de terminar con sus huesos en la cárcel.

Desde otros ángulos, el Juez Ercolini trabó un embargo absolutamente record sobre sus bienes -claro, los que tiene "en blanco" y en cuentas bancarias argentinas- y el Juez Bonadío no le da respiro alguno este verano. Hasta ayer, se sucedieron los allanamientos en Santa Cruz, en pos de nuevos documentos para analizar las maniobras delictivas cometidas a través de la obra pública y los retornos pagados a la familia imperial por Cristóbal López y Lázaro Báez, entre otros. También, como si todo ello fuera poco, es investigada por traición a la patria, en razón del famoso e inexplicable memorándum firmado con Irán.

Sigo sin entender por qué, pese a que ha adulterado notoriamente las pruebas (está comprobada la falsificación de los libros de sus sociedades cuando ya se encontraban bajo proceso), no se le impone la prisión preventiva, obligatoria en estos casos; en especial, la jefatura de una asociación ilícita que se le imputa, un delito no excarcelable. Hasta el propio Ministro de Justicia, Garavano, ha recordado, refiriéndose al caso de Milagro Salas, que ésta no es una presa política, sino que está reciénteme detenida en forma preventiva por la comisión de delitos comunes, y llegó al colmo cuando reconoció que los presos políticos, militares y civiles acusados de violar los derechos humanos, están sometidos al mismo instituto por plazos que exceden en muchísimo el máximo previsto en la Constitución. Es más, por razones infinitamente menos trascendentes, nuestras cárceles rebosan de detenidos sin sentencia firme.

Por todo esto, pienso que el principal objetivo de la sociedad debe ser presionar todos los días al Consejo de la Magistratura para que limpie al Poder Judicial de tantos personajes indignos de ejercer el cargo de jueces, que los convierte en dueños y señores de la libertad, de la honra y de los bienes de todos los argentinos. A la vez, debe exigirle que, con la mayor celeridad, designe a los nuevos magistrados necesarios para cubrir las ingentes vacantes hoy existentes y las que se producirán cuando estos malvivientes deban abandonar su sillas curules. Es esencial recordar que, "con una Justicia independiente, ejemplar y rápida, todo será posible; y sin ella nada lo será".

El mundo, más allá del imán que -presumo- significarán los Estados Unidos para las inversiones internacionales a partir de la asunción de Donald Trump, mira a la Argentina y sigue esperando que se convierta en un país serio y confiable, del cual el Poder Judicial es un elemento fundamental. La necesita así, básicamente porque es capaz de producir alimentos para quinientos millones de personas.

El resultado del blanqueo -sin lugar a dudas impulsado también por el pánico generado por los cruces de información y las medidas bancarias tendientes a combatir el lavado de activos, la corrupción  y la evasión impositiva- ha batido todas las marcas previstas y alcanzado un record absoluto a nivel global. Si se le suma a ello la lluvia de divisas que ingresarán con las cosechas enormes que se avecinan en el campo argentino, es posible asegurar que las necesidades de financiamiento están ya cubiertas.

El Gobierno también hizo lo suyo para asegurar que fuera un estruendoso comienzo de año. Primero, despidió a Isela Constantini, Presidente de Aerolíneas Argentinas; más tarde, hizo lo propio con Prat Gay, y dividió su Ministerio en dos: Hacienda (Dujovne) y Finanzas (Caputo). Estoy convencido de que Mauricio Macri, con estas últimas designaciones, obtendrá excelentes resultados, pero creo que los modos empleados para apartar a los funcionarios anteriores fueron, por decirlo de algún modo, innecesariamente descorteses.

El gasto público ha continuado creciendo fuertemente y, aunque explicable por el desastre socio-económico monumental que dejó el kirchnerismo, debe ser contenido en forma inmediata. Entiendo que el nuevo Ministro de Hacienda irá en esa dirección, ya que todo el equipo que conduce la economía está convencido de la inviabilidad de un país que se mueve con los niveles de déficit que mantenemos desde, al menos, la muerte de don Néstor, el usurero que tanto cuidaba la caja.

La iniciativa del Ministro de Trabajo, Triaca, de convertir los planes sociales en subsidios a nuevos empleos me parece una medida excelente, ya que tiende a la regularización de los trabajadores informales que hoy alcanzan al 40% de la fuerza laboral y, por no estar registrados no cobran salarios justos ni cuentan con protección social y, tampoco, pagan impuestos.

Pero debe acompañársela con educación. Hay que transformar todos los subsidios sociales para que quienes los reciben demuestren, mes a mes, que se han dedicado a su perfeccionamiento en artes y oficios, para permitirles en un futuro mediato reincorporarse a un mundo que, por la falta de preparación y por el progreso de la tecnología, cada vez los excluirá más. Es necesario reabrir las escuelas técnicas y fomentar la creación de carreras de corto plazo que tiendan a vincular específicamente a los alumnos con las necesidades de su entorno, para favorecer así su arraigo en los pueblos y ciudades del interior.

Y a los impacientes a los que se refirió Fernando Henrique Cardoso en la cita que encabeza esta nota, un ruego: piensen que la alternativa a Macri, Michetti y Vidal, era la banda de ladrones comandada por Cristina Fernández, encarnada en Daniel Scioli, Carlos Zannini y Anímal Fernández, que nos llevaría hacia la terrible actualidad de Venezuela. Tal vez así puedan tomar con un poco más de calma la demora en la recuperación del país.

Bs.As., 7 Ene 17

(*) El título corresponde a una película española referida a la transición hacia la democracia, dirigida por Cecilia y José Juan Bartolomé

Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
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sábado, 26 de noviembre de 2016

El decano de los dictadores latinoamericanos, en 140 caractéres

en la familia de Fidel Castro nunca nadie trabajó y son multimillonarios. Deben devolver el dinero robado al pueblo.

Fidel Castro debió haber muerto preso por los escuadrones de la muerte y la tortura de los presos políticos.

Fidel Castro sostuvo su Régimen basado en la represión del pueblo y la violación de los derechos humanos.

Fidel comandó un régimen de terrorismo de estado que encarceló y mató más gente que Videla.

Murió Fidel Castro, el Decano de los dictadores. Gobernó con mano de hierro por más de medio siglo.

murio Fidel Castro, el mayor enemigo de la libertad y de la democracia en Latinoamérica.


No funcionó el comunismo. No funcionó el kirchnerismo. Lo único que funcionó es hacerles creer a millones que eran revolucionarios


Hoy muere un símbolo del terror pero no el terror Eso lo tenemos que enterrar los cubanos junto al totalitarismo Lo haremos con

La diferencia entre los dictadores de derecha y los de izquierda, es que a éstos algunos todavía los defienden. Pero genocidas fueron todos.


Murió un tipo que encarceló y mató a más personas que Videla, pero lo van a despedir con respeto porque si era zurdo era bueno.


Murió el responsable de mantener a América Latina en el atraso y que para satisfacer su ego personal llegó a matar a sus amigos.


Combatiendo al capital, Fidel Castro deja una fortuna del doble que la Reina Isabel II, robada del pueblo cubano.



Murió quien puso al pueblo cubano en la pobreza y el desánimo por 50 años. Generaciones perdidas por slogans imbéciles.

Murió Fidel Castro, y pienso en los cubanos exiliados, los q murieron en una balsa, presos políticos, familias rotas, sueños destrozados.


U$S 900 millones es la fortuna estimada que deja Fidel Castro, el pueblo cagado de hambre y viviendo en la década del ´50. REVOLUCIÓN PANA.




sábado, 19 de diciembre de 2015

Por que me gustan los rascacielos

Porque demuestran la confianza en la estabilidad que brindan las reglar claras del capitalismo bien entendido, los rascacielos son bienes durables que requieren inversiones a largo plazo.

Porque son emblemas de la paz, nadie construye un rascacielos en una zona conflictiva.

Porque evidencian el triunfo del capitalismo sobre el socialismo y toda otra forma de opresión.

Porque mientras que a las palabras se las lleva el viento, los rascacielos permanecen allí, como un recordatorio de los logros de la ciencia y la tecnología aplicada.

Porque modifican la faz de la tierra, embelleciendo nuestro mundo.

Porque son futuristas y  dan testimonio  a las nuevas generaciones de la visión sobre el mundo de quienes los antecedieron.

Por Chicago, y también por Nueva York. Son un homenaje a la excelencia de la arquitectura. Y porque maximizan el uso racional del suelo, sin dejar de ser auténticas obras de arte.

Porque forman parte de la literatura de Ayn Rand.

Porque denotan la supremacía del hombre en la naturaleza, pero no la de este sobre aquella. Hoy en día son sustentables, y lejos de perjudicar a su entorno, los rascacielos armonizan con él y son una verdadera maravilla natural, ya que creo que nada es artificial en este mundo.

Porque brindan una prueba tangible de los logros del pensamiento racional del hombre, especialmente frente a la fuerza retrógrada de la teocracia islamofascista.

Porque me cobijan del sol, por dentro y por fuera, y me deleitan con su brillo y verticalidad superlativa. Y por las vistas magníficas que me regalan desde su altura.

Porque denotan la confianza del hombre en la honestidad del capitalismo, que decide  invertir grandes cantidades de dinero en un bien que no podrá moverse.

Porque son consecuencia del verdadero progresismo y su consecuente creación de riqueza, a diferencia del farol chapucero del socialismo ladrón y su mendaz retórica, que sólo crea pobreza.

Porque dan testimonio de la libertad humana, ya que son construidos por personas libres, que voluntariamente prestan su trabajo con una finalidad económica. En la construcción de los rascacielos no participan esclavos ni hay lugar para la inmoralidad del socialismo, que priva al trabajador del goce del fruto de su labor, en nombre del “bien común”, jamás pagado por los caudillos socialistas, y siempre por sus víctimas, es decir, los gobernados.

Porque son una expresión de la decisión libre del hombre, no de un mandato divino ineludible ni tampoco provienen de la orden indiscutible de un oscuro socialista o un de un líder populista, dotado de la misma autoridad moral detentada por el jefe de un cartel mafioso.
Carlos Esteban Tabasco.





jueves, 17 de diciembre de 2015

Patrañas socialistas

Latinoamérica no se traga más el veneno socialista y se lo escupe en la cara a Cristina y a Maduro.

Argentina finalmente resistió los embates populistas que por muy poco no derrumbaron a las instituciones republicanas.

La democracia género el antivirus contra la dictadura populista y sin violencia se desembarazó de un gobierno que la socavaba e intoxicaba, hasta matarla de ser posible.

El estado de derecho fue lesionado, pero al fin prevaleció por sobre el autoritarismo personalista del kirchnerismo, que creó el cepo cambiario para quedarse con toda la riqueza y las reservas monetarias del país, obligando a los ciudadanos, esquilmados por el régimen, a ver como se les esfuma el valor de su trabajo y de su vida, en una moneda destruida por la banda de Cristina Kirchner, Amado Boudou, Axel Kicillof y demás piratas políticos.

Mientras los K se hacian multimillonarios, sin jamás haber trabajado, haciendo negocios ilegales con el dinero del pueblo.

El ataque a la nación en estos últimos 12 años y medio fue brutal y feroz, sin miramientos. Como si Critina Kirchner hubiera reprimido poco desde la política económica interna, el régimen también atacó al país desde el exterior. Así, Cristina Fernández de Kirchner, camuflada de acreedor externo, recibió pagos del exterior por miles de millones de dólares, vía testaferros varios, provenientes del saqueo del estado argentino.

Porque sino el apuro por adelantar pagos de la deuda? Esta es la verdad detrás de la "política de desendeudamiento" #RelatoMentiroso

Esta semana, a partir de las medidas económicas y la liberación del cepo al dólar, Argentina empieza a romper las cadenas del socialismo que la tuvieron rehén por más de una década del "modelo" de inflación y pobreza.

Para afianzar la República y garantizar el estado de derecho para los que nos sigan, es indispensable que la Ley caiga con todo su peso, de manera ejemplificados, sobre Cristina, Boudou, y todos los demás cómplices del Régimen. La frutilla del postre sería la repatriación, desde los paraísos fiscales, del dinero que nos robaron a todos los argentinos. #JuicioyCastigo

domingo, 1 de marzo de 2015

Un País Suspendido

Escribe el Dr. Enrique Avogadro
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"Y un día lo pagaremos, lo pagaremos porque 
no habremos tenido el valor de levantarnos, 
de protestar contra los actos más abyectos". Joël Dicker

La Argentina estuvo, hasta esta mañana de domingo, suspendido de un hilo, ya que nadie sabía, a ciencia cierta, qué diría Cristina en la última -al menos, eso es lo que dice la Constitución- apertura del año legislativo; lo único que teníamos claro era que el ¿Frente para la Qué? haría una demostración de fuerza para contraponer la cantidad de sus militantes -transportados y, muchos de ellos, rentados o compensados- a la masiva y espontánea marcha del silencio con que la ciudadanía conmemoró el primer mes del asesinato del Fiscal.


No se puede quejar la Presidente: llegó al acto liberada transitoriamente de una imputación penal directa por una resolución del Juez Rafecas, que sólo sorprendió por la celeridad con que fue firmada; ayer, la excelente pluma de Carlos Pagni, en La Nación, hizo una vivisección de las razones que llevaron al magistrado a brindar tan agradable regalo a la noble viuda. El fallo, no hay que negarlo, descomprimió un poco la crispada realidad y, de todas maneras, es altamente probable que el Fiscal Pollicita apele la decisión, que el Fiscal General Moldes la sostenga ante la Cámara Federal y que sea una de las salas de ésta quien, finalmente, decida la suerte de la denuncia por encubrimiento que fue, sin dudas, la causa de la muerte de Nisman.

Sin embargo, después de describir durante más de tres horas y media un país de maravillas en el que sólo ella y sus cómplices habitan, pese a la descompresión que significó la desestimación de la denuncia, Cristina se dio el lujo de confrontar una vez más con el Poder Judicial -se podría decir que rompió relaciones con éste, dada las acusaciones formuladas en la cara de Lorenzetti- acusándolo de violar la división de poderes que establece la Constitución y de intentar gobernar sin el Legislativo ni el Ejecutivo. El discurso presidencial, hasta media hora antes de finalizar, era el esperable elogio a su fallecido marido, mientras destruye todo lo que éste hizo, y a cantar loas a su propia actuación; sin embargo, la aparición de carteles referentes a la AMIA en algunas bancas opositoras hizo que los frenos de la noble viuda dejaran de funcionar y regresara a su agresividad y a su violencia habituales.

El final fue de vergonzosa barricada, acusando a la oposición de querer destruir, tan pronto herede el gobierno, todos sus presuntos logros en favor de los más humildes, como la estatización del 51% de YPF o la curiosa administración K de Aerolíneas Argentinas, que sigue perdiendo más de dos millones de dólares diarios.

Debo expresar la profunda envidia que sentí al contemplar, esta misma mañana, la asunción del Presidente de Uruguay, ante todos los ex-mandatarios de nuestro país hermano; mis ideas son radicalmente opuestas a las del Frente Amplio que lo llevó al poder, pero contemplar un acto tan democrático y republicano me conmovió profundamente. En absurda compensación, la toma de posesión de Tabaré Vázquez en Montevideo dio la excusa perfecta, más allá de la gratuita e injustificable ofensa a los uruguayos que conllevó el envío de Boudou en representación de la Argentina, para la ausencia del doblemente procesado Vicepresidente en nuestra Asamblea Legislativa, ya que hubiera sido blanco aquí de todos los dardos de la oposición y de las pullas de la prensa internacional, aunque fue abucheado allá.

Mañana el país amanecerá, nuevamente, sumergido en la verdadera realidad, ignorando la pintura y el dibujo que, sobre ella, intentó realizar Cristina en su discurso. Y los argentinos seguiremos rezando para que todo termine, cuando debe, en paz.

Bs. As., 1 Mar 15

domingo, 22 de febrero de 2015

¿Final o Principio?


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Escribe el Dr. Enrique G. Avogadro

“Existen pocas cosas más difíciles que abrir una brecha 
en el corazón de un corrupto”. S.S. Francisco


El innegable éxito de la marcha del 18 -más allá de los disparatados dichos del oficialismo, que ni siquiera tuvo el decoro de llamarse a silencio- sirvió para dar a fiscales y jueces el impulso final que necesitaban para avanzar definitivamente contra el poder corrupto que nos gobierna desde ya hace trece años. Las amenazas vertidas por el Secretario General de la Presidencia el viernes, sin duda por orden de Cristina, fueron una comprobación directa de la preocupación que embarga al Gobierno; al decir "Que no se les ocurra hacer ningún gesto que pretenda desestabilizar al Gobierno porque las situaciones van a ser muy malas", Aníbal Fernández puso, literalmente, a la Presidente fuera de la ley, ya que cualquier investigación que progrese será considerada"destituyente".


En las horas siguientes, la antes remisa Sala I de la Cámara Federal en lo Criminal confirmó el procesamiento del Vicepresidente de la República y de sus cómplices en la causa por la apropiación -en favor de los Kirchner, como se terminará probando- y ratificó a Claudio Bonadío como juez en la causa Hotesur, que involucra, directa e ineludiblemente, a toda la familia presidencial; con ese respaldo, el magistrado citará próximamente a Máximo, el hijo de la Presidente, a prestar declaración indagatoria; ¿cuál será la reacción psíquica de Cristina cuando esto suceda? La Justicia de Estados Unidos ordenó liberar al menos parte de la información sobre las 127 empresas atribuidas a Lázaro Báez, el gran testaferro presidencial, acusado de lavado de dinero proveniente de la corrupción; seguramente, en los próximos días esas revelaciones constituirán nuevos frentes de conflicto para la noble viuda.


Pero, para el Gobierno, las malas noticias no terminaron allí. La resolución de la Cámara también exige que el juez Lijo investigue los roles que desempeñaron Jorge Brito, titular del Banco Macro, y Ricardo Echegaray, Administrador Federal de Ingresos Públicos, en la maniobra pergeñada para que el finado Néstor se quedara con la imprenta de dinero y documentos. Interpol, a pedido de la Justicia uruguaya, ordenó la detención de Alejandro Vanderbrole, el sub-testaferro de Boudou en ese affaire, por lavado de dinero; se concretó horas después y desató todas las especulaciones: ¿irá preso en soledad o comenzará a contar lo que sabe para aliviar su pena?


Todo eso no hace más que presagiar las grandes investigaciones que, más temprano que tarde, se abrirán por los hechos que, durante esta extendida década, pasaron desapercibidos para la enorme mayoría de los argentinos, satisfechos por la tranquilidad que el viento de cola, que acompañó al kirchnerismo hasta el 2010, llevaba a sus bolsillos.

Así, entre muchos otros ejemplos, cerramos nuestros ojos y oídos ante las trágicas consecuencias directas de la corrupción: el crimen de Once, que se llevó la vida de 51 argentinos; las inundaciones de La Plata, cuyo saldo luctuoso sigue en la nebulosa; la proliferación del narcotráfico y del lavado de dinero, que fomentaron los generales venezolanos y los laboratorios de la efedrina; la pérdida del autoabastecimiento energético, cuyo único objetivo fue permitir que Néstor se robara el 25% de YPF; la muerte de decenas de niños por desnutrición, porque los gobernadores y funcionarios se roban los recursos.


El kirchnerismo, en todas sus versiones, está al fin de su ciclo, constitucionalmente hablando. Hoy resulta por completo imposible que algún heredero, cualquiera sea quien termine designado por el dedo de Cristina, se imponga en las elecciones, pero sigo convencido que no llegaremos a éstas en los tiempos establecidos por la ley y, menos aún, en paz.

Si pensamos que, durante las sucesivas presidencias de Néstor y su viuda nos dejaron sin fuerzas armadas, sin educación, sin salud, sin vivienda, sin alimentos, sin organismos de control, sin reservas, sin moneda, sin petróleo, sin gas, sin luz, ¿alguien, en su sano juicio, puede creer que Cristina, que nunca ha respetado ley alguna, aceptará mansamente que tanto ella como sus hijos terminen presos y con su fortuna perdida? ¿Podrá, para postergar ese momento, hacer algo parecido a cuanto Maduro está implementando en Venezuela?; la verdad es que dispone de dinero, de gente, de drogas y de armas -misil y balas robados incluidos- para intentarlo.


Más allá de la innegable vocación republicana de la ciudadanía, remarcada en la marcha del 18F, no aparece ningún político opositor capaz de comandar la resistencia al desembozado autoritarismo y a la imperiosa necesidad de perpetuación de quienes han usufructuado tanto del "modelo" que ya sienten en la nuca el aliento de una Justicia que ha despertado de su interesado letargo y que, a partir de ahora, avanzará rápidamente. Pero, ¿cómo deberemos actuar si la muerte de Alberto Nisman no fuera un final sino sólo un principio?

                                                                         Samaná, 22 Feb 15

sábado, 21 de febrero de 2015

Volver al '55


Escribe el Dr. Enrique Guillermo Avogadro



"No es cierto que el poder corrompa; el poder, en todo caso, delata". Julio Bárbaro

La marcha convocada por los fiscales federales para el próximo miércoles 18, con el objetivo manifiesto de homenajear al colega muerto e ignorado por el Poder Ejecutivo, no puede menos que traer a la memoria la multitudinaria celebración de la fiesta de Corpus Christi que se llevó a cabo, pese a la resistencia del gobierno de entonces, el 11 de junio de 1955; más allá de ser una festividad católica, concurrieron masivamente a la misma profesantes de todos los credos y, en forma personal, las figuras más importantes de la oposición de la época. Se transformó así en el principio del fin de la década en la cual imperó el primer Perón que, apenas tres meses después, fue desalojado del poder.

Los Kirchner, que tanto hicieron por llevar al país a los peores momentos de su pasado, se enfrentan así a una "conspiración destituyente" propia, en pro de la cual doña Cristina ha hecho ingentes esfuerzos. Su discurso del miércoles pasado, enumerando logros empresarios que centró en la futura fabricación de acondicionadores de cabellos que daría trabajo a ciento veinte operarios, se transformó en la patética demostración de la certeza de un fin de ciclo, ya inevitable, al menos en términos republicanos y legales y, sobre todo, en un fuerte incentivo a la concurrencia a la marcha cívica.

Como en todas las grandes conmociones desatadas por las tragedias producidas por la desaforada corrupción de su gobierno, la Presidente huyó rauda hacia su bunker patagónico, dejando a sus ridículos comandantes la imposible tarea de reflotar el "relato"; la carencia de argumentos seguramente los obligó a atribuir a "apropiadores de niños", "narcos" y "antisemitas" la paternidad de la convocatoria.

Sucede que la tormenta perfecta judicial que se ha desatado sobre la cabeza de Cristina está provocando estragos en su ya castigada psiquis, y el acoso cercano sobre su círculo más íntimo por corrupción y lavado de dinero, y sobre su raro entorno por delitos que, como lo sucedido con los qom en Chaco, sin duda serán calificados como de lesa humanidad, traerá aparejados graves conflictos, de los cuales la muerte de Nisman sólo habrá sido un prólogo.

Los acuerdos secretos con Rusia y China, y el ya olvidado memorandum firmado con Irán tampoco resultarán gratuitos, ya que el mundo occidental, al cual pertenecemos por tradición, por cultura y por geografía, no estará dispuesto a tolerarlos en silencio, ya que constituyen graves riesgos para la complicadísima trama geopolítica del presente, de la cual la Argentina es un insignificante jugador.

Hoy, cuando la política se ha negado a seguir el sabio consejo de Jorge Asís y acercar el horizonte electoral, el destino de nuestro país se juega en números y en la calle; si conseguimos que millones de compatriotas marchen el miércoles, si logramos que plazas y avenidas de todo el país se pueblen de indignados, tal vez -sólo tal vez- podamos evitar el trágico y sangriento final que presagio para este negro período de nuestra historia.

El Amante Chino

Escribe el Dr. Enrique Guillermo Avogadro


"... parecería evidenciar la magnitud de los daños que una nación puede autoinflingirle a sus mejores intereses cuando no acierta con la manera de conectarse con el gigante emergente". Andrés Cisneros

Antes de que me acuse de apocalíptico, como hicieron algunos amigos antes del asesinato del Fiscal Nisman, le recuerdo que vivimos en un país cuyo gobierno permitió que la corrupción produjera crímenes como los de Cromagnon, de Once y de los archivos de Iron Mountain, en Barracas, mientras llena los cementerios de muertos inexplicables; también yo podría decir la ya famosa frase: "No tengo pruebas, pero no tengo dudas". Ahora, entremos en materia.  

China ha virado hacia una economía fuertemente capitalista, pero aplica pesados cerrojos a la libertad y, a pesar de combatir recientemente la corrupción hacia adentro, no le hace ascos cuando es para afuera. Tiene la población más grande del planeta, a la que necesita alimentar y dar trabajo y, para ello, requiere de materias primas de todo tipo. En función de ello, ya tiene grandes negocios en varios países del África negra, Venezuela, Ecuador y, ahora, ha comenzado a interesarse en nuestro país, proveedor de alimentos y energía. La Argentina de hoy provee básicamente soja, pero también podría suministrar ingentes cantidades de gas, petróleo y minerales estratégicos, es decir, productos primarios que son y serán industrializados allí. Toda nuestra economía, en comparación con la china, puede ser medida en pocas monedas.   

Por otra parte, el Gobierno necesita desesperadamente divisas y, para conseguirlas, está dispuesto a hacer todo, comenzando por ceder territorio y renunciar a la soberanía, romper definitivamente con los Estados Unidos y Europa, abrir indiscriminadamente su mercado para los productos chinos, reprimarizar nuestra economía, contratar a empresas chinas sin licitación y a cualquier precio o permitir que trabajadores de esa nacionalidad se desempeñen aquí en condiciones reñidas con nuestras leyes.

Pero, como dice la vieja broma, los chinos no son kamikazes, y disponen de uno de los servicios de informaciones más eficientes. Por eso, saben que quien acepta esta descarada colonización y firma por nuestro país los acuerdos de intercambio de monedas y de financiamiento de grandes obras de infraestructura, además del que permitió comenzar a construir, con cesión de soberanía, la base espacial científico-militar en la Patagonia (que constituye una verdadera avanzada en el posicionamiento de China en su silente guerra con los Estados Unidos), es una Presidente que, constitucionalmente, debería entregar el poder en diciembre de este mismo año y cuyo sucesor, seguramente, al menos los revisará y, en algún caso, hasta los anulará en función de un nuevo alineamiento internacional; las amistades que el kirchnerismo ha cultivado en estos años con los países peor vistos desde Occidente -Irán, Rusia, China, Venezuela- están reñidas no solamente con nuestras tradiciones y necesidades geopolíticas sino hasta con la bandera que el Gobierno ha intentado transformar en su baluarte ético, los derechos humanos, que son sistemáticamente violados en todos ellos.

La demostración más clara de ese conocimiento que tiene Xi Jinping, Presidente de China, sobre nuestra realidad es, precisamente, el cuentagotas con que está entregando los frutos monetarios de esos acuerdos: de los swaps sólo ha entregado el 10% y, de las inversiones necesarias para la construcción de las represas Kirchner y Cepernic, en Santa Cruz, apenas US$ 285 millones, un vuelto comparado con los montos involucrados; ¿estarán destinados a pagar la expropiación de las estancias recientemente adquiridas por Lázaro Báez para la familia imperial, que serán inundadas si, a pesar de todo, las centrales hidroeléctricas proyectadas son construidas?

Por otra parte, la nueva alianza con Rusia esconde un factor terrible para todo el hemisferio occidental, cual es el compromiso asumido por Putin de construir en la Argentina una planta de enriquecimiento de uranio cuyo producto tendría como destino final a Irán. Detrás de este acuerdo, impulsado por el extinto Chávez, tal vez deban rastrearse las razones verdaderas que llevaron a la firma del insólito memorandum, ya declarado inconstitucional, ya que quizás encontremos esa crematística a la que son tan adictos los Kirchner.

Si ha tenido la paciencia de seguir mis notas, sabrá ya cuánto descreo de una transición pacífica mediante unas elecciones que, a esta altura del año, debieran considerarse inminentes. Recordará, seguramente, por qué estoy convencido que doña Cristina no entregará el poder pero, a riesgo de ser reiterativo, las enumeraré rápidamente: nunca ha respetado la Constitución, dispone de dinero (Ciccone y Casa de la Moneda), de "tropa" (Vatayón Militante, Tupac Amaru, Hinchadas Unidas, etc.), de "fierros" (han desaparecido arsenales enteros -¡hasta un misil!- y, diariamente, ingresan armas más sofisticadas) y de drogas, para pagar la transitoria lealtad de individuos capaces de generar un grave caos en las calles; ahora, además, y los recientes movimientos de la Justicia así lo acreditan, la Presidente se juega su libertad y la de sus hijos y, al menos parcialmente, su fortuna y, sobre todo, no tiene nadie enfrente capaz de encabezar una resistencia civil y las fuerzas armadas serían prescindentes.

Entonces, ¿por qué cumpliría hoy las mandas constitucionales y entregaría la banda y el bastón a un sucesor que no será, en ningún caso, "del palo"? Conoce al peronismo desde adentro, y sabe que éste tiene un "día de la lealtad" porque los otros 364 son de la traición, y siempre acude en ayuda del vencedor; si, finalmente, el candidato del FpV fuera Scioli, éste no solamente se cobrará doce años de ininterrumpidas humillaciones sino que todo el PJ -como ya lo ha hecho con Menem y con Duhalde- se alinearía tras él y olvidaría la década en la que pagó con obsecuencia los cargos y prebendas recibidos. 

Cuando algún lector me ha preguntado cómo imaginaba que actuaría el kirchnerismo si mis especulaciones fueran ciertas, respondo que creo que generará una enorme conmoción social, antes de las PASO, que le permitiera decretar el estado de sitio y suspender las elecciones hasta nuevo aviso; en realidad, hasta que una nueva bonanza económica permitiera que la ciudadanía, tan sensible a lo que marca su bolsillo, su órgano más sensible, nuevamente viera al FpV con buenos ojos, olvidando todas las calamidades que ha producido.

Es obvio que ese eventual viento de cola no vendría, en ningún caso, desde los países que ya observan con horror los desmanes de todo tipo que se están produciendo en la Argentina pero sí podría llegar, ¡oh, casualidad!, desde China que, en ese caso, tendría un horizonte más amigable y prolongado para sus intereses aquí y para sus aspiraciones geopolíticas globales.

En resumen, si doña Cristina consiguiera asegurar a Xi que ella o alguien indubitablemente fiel permanecería en la Casa Rosada por un lapso prolongado, el mandatario seguramente abrirá las canillas de ese financiamiento que nuestro Banco Central ya necesita como una transfusión sanguínea; todas las cifras involucradas en los convenios firmados son, como dije, sólo monedas para una economía como la china. Entonces, los objetivos finales no pueden ser más coincidentes pero, dado lo escaso de los tiempos restantes, será el régimen argentino quien deberá dar el primer paso y, por eso, considero el affaire Nisman como sólo el inicio de lo que vendrá.

Queda, por supuesto, algunas incógnitas: ¿cómo reaccionará el mundo occidental, en especial Estados Unidos, frente a todas estas iniquidades que podrían desbalancear el equilibrio mundial?, ¿puede permitirse que armemos a Irán o que China disponga de una base militar en el continente americano?

Los acontecimientos se precipitan en la Argentina, a velocidad de vértigo; a muchos de ellos, no les encuentro otra explicación que las que leyó en esta nota. Rezo, todos los días, para que los hechos y el tiempo vayan demostrando que todo cuanto digo está equivocado, que el proceso electoral se cumpla en paz y con normalidad y que la Justicia cumpla a rajatabla con el rol que la Constitución le asigna pero, lamentablemente, ya sé que los Reyes Magos son los padres.


Bs.As., 8 Feb 15

Señuelos Desesperados

Escribe el Dr. Enrique Guillermo Avogadro

"En la sociedad argentina hay un gusto por ser gobernada por tipos a los que tenerles miedo". Silvia Mercado

Si ha asistido alguna vez a una carrera de galgos, habrá visto cómo los galgos corren, afanosamente, detrás de una liebre mecánica que circula a gran velocidad. La Presidente, en alguno de sus viajes, debe haber presenciado alguna, porque utiliza el sistema en forma permanente, y muchas veces con éxito.

Desde que el Fiscal Nisman la denunciara por encubrimiento de los terroristas iraníes, desesperada y sin prurito alguno ha utilizado su muerte para intentar que esa siniestra nube nos ocultara esa causa, que debiera ser objeto de nuestra principal preocupación. Rápidamente, políticos opositores y periodistas de todo tipo comenzaron a correr detrás de ese señuelo, cayendo en la trampa tendida por el Gobierno.

Luego llegó la puesta en escena que esta gran actriz quebrada montó para presentar otro truco, de esos a los que nos tiene tan acostumbrados, ahora vestida de blanco para dar impresión de pureza e intentar suscitar pena en el público al destacar la bota plástica que la presunta fractura en dos huesos le permite usar; para que no nos distrajéramos, y para potenciar el efecto, ni siquiera se colocó detrás del escritorio habitual.

Recurrió a bajezas inimaginables y, como había hecho en las cartas que publicó en Facebook, mintió descaradamente, deslizó inmundas sospechas e imputaciones y se victimizó y, otra vez, todos nos distrajimos del tema trascendente y comenzamos a especular sobre el nuevo "perejil" -Lagomarsino- al cual el Gobierno pretende cargarle el mochuelo de la muerte de Nisman por haberle entregado el arma final.

Por si no bastara con eso, anunció el cambio de nombre de la actual Secretaría de Informaciones (SI) -según Anímal Fernández la nueva agencia estará en operaciones en mayo, confirmando así que la pretendida reforma se trataba sólo de un maquillaje- y anunció que transferiría el control de las escuchas judiciales a una funcionaria a la que calificó de independiente, la Procuradora General, Dra. ¡Giles! Carbó, inventora de las fallidas maniobras para destruir, definitivamente, la Justicia independiente en nuestro país.

Que eso se haya transformado en una nueva atracción resulta sorprendente porque, me pregunto, ¿qué diferencia puede haber entre que las escuchas las manejen Larcher, Icazuriaga, Stiusso, Parrilli o ¡Giles! Carbó? Con este conejo que Cristina ha sacado de la galera, sobre el cual tanto estamos discutiendo, nada cambiará, al menos hasta que haya un nuevo ocupante en la Rosada. Y, si a ese título le sumamos que obvió hacer comentario alguno sobre la inteligencia militar, que conduce el Tte. Gral. Milani, tan dotado de medios y de dinero por la Presidente, el clima de temor que se ha apoderado de la ciudadanía desde el domingo pasado aparece como totalmente justificado, en especial por la demostrada e ilegal actividad de los servicios secretos en el seguimiento de funcionarios judiciales, de periodistas y hasta de personas comunes a las cuales resulte posible armarles causas penales.

El último señuelo que largó a correr la Presidente fue la insólita  pretensión de designar a Roberto Carlés, un joven de 33 años, para integrar la Corte Suprema; hasta la noble viuda de un guerrero sabe que no obtendrá, ni siquiera pagando con la "banelco", los 48 votos necesarios en el Senado. Sin embargo, otra vez caímos todos en la trampa, alejando una vez más del centro de atención la causa en la que ella misma, Timerman, D'Elía y Esteche, están acusados de encubrimiento de terrorismo y, consecuentemente, de traición a la patria.

Pero el nuevo record de impudicia fue batido por la Presidente el viernes 30, cuando apareció, con los brillos y los aplaudidores habituales -¡al pobre Lancha lo obligaron a sentarse al lado de Guita-rrita para la foto!-, enumerar una ristra de falsedades y lisas y llanas mentiras, desparramando cifras que pintan un país en el que sólo ella habita, mientras que en el nuestro siguen muriendo chicos de desnutrición y las villas miseria crecen exponencialmente. No se privó de bromear y reír con sus ministros y los gobernadores que la acompañaron, justo al día siguiente del entierro de Alberto Nisman, a quien ni siquiera mencionó.

Al menos esta vez parece que el pudor llevó a callar al colectivo Carta Abierta, tan poblado de "góngoras" kirchneristas; parafrasendo a Leopoldo Lugones, podríamos decir que "no han sido los historiadores que se han callado, sino el cadáver que les ha impuesto silencio".

Hoy, la noble viuda del guerrero está en China suscribiendo nuevos tratados que, en la práctica, significarán nuevas entregas de retazos de soberanía y de inútil y perjudicial endeudamiento. Las represas de Santa Cruz no serán más que nuevos negociados para su familia y para sus testaferros, Bóvedas Báez y Ferreyra, de Electroingeniería, pero, mientras tanto, continúa la construcción de la base científico-militar china en la Patagonia, nos estamos llenando de trabajadores de ese origen no afectados por nuestras leyes laborales, y de artículos que competirán, de muy mal modo, con nuestra precaria industria y, como terrible contrapartida, re-primarizando nuestras exportaciones. Sin embargo, al parecer nada de eso nos inquieta, como tampoco lo hizo con nuestros legisladores cuando aprobaron, sin conocer sus cláusulas secretas -¿tan bochornosas son?-, los contratos entre YPF y Chevron.

El inefable Anímal Fernández, un émulo más inteligente del payasesco Koki Capitanich, pretende que al honorable y respetado Dr. Carlos Fayt, Ministro de la Corte Suprema, se le realicen pruebas psiquiátricas para comprobar si, a sus 97 años, continúa con aptitud para ejercer su cargo. Entonces, ¿qué debiéramos hacer los cuarenta millones de argentinos con la persona a quien hemos dado el mandato de ejercer, en nuestro nombre, la administración del Estado? Porque ya está más que probado que su psiquis, sea por los problemas craneanos, sea por la extirpación de la tiroides, sea por el stress, no funciona ya normalmente y, en la práctica, ejerce el poder de un modo que raya en la locura.

¿No deberíamos, acaso, usar los mecanismos constitucionales para revocar el mandato que le hemos concedido? Debemos recordar que nuestra carta magna dice que somos una democracia "representativa", y no "delegativa", genial definición de O'Donnell. Entre nosotros, las mayorías circunstanciales deben respetar a las minorías, a las cuales ambos Kirchner aplastaron con su superioridad numérica en ambas cámaras, por obra y gracia de los gobernadores y senadores genuflexos, que también nos hicieron perder, por completo, el federalismo y ahora se ven obligados, por lo exangüe de sus arcas, a reptar frente a esta emperatriz tocada.

Pero somos un pueblo manso, capaz de soportar todo, como lo ha demostrado la falta de reacción ante los escándalos de corrupción que sacuden el clima político, ante la pauperización de nuestra economía y, por supuesto, ante este magnicidio; ¿cómo podemos seguir así dormidos, sin siquiera salir a la calle para expresarnos, ante la denuncia contra la Presidente de Nisman que, cuatro días después, estaba muerto? El mundo nos está mirando, nuevamente horrorizado al ver en qué nos hemos convertido; ¿seguiremos dando esta imagen de anomia total, impunidad permanente y tolerancia suicida?

Bs.As., 1 Feb 15

Análisis Conjetural de un Magnicidio

Escribe el Dr. Enrique Guillermo Avogadro


"Zumban las balas en la tarde última. Hay viento y hay cenizas en el viento, se dispersan el día y la batalla, deforme, y la victoria es de los otros. Vencen los bárbaros ..." Jorge Luis Borges

La muerte de Alberto Nisman se ha transformado, como correspondía, en la peor tormenta política de la Argentina desde la voladura del arsenal de Río Tercero -amén de actualizar la propia investigación del atentado a la AMIA- y, obviamente, el enorme costo está cargado en la cuenta de Cristina Fernández de Kirchner. La opinión pública, que considera que fue asesinado (70%) y atribuye la autoría al Gobierno (57%), y descree absolutamente de los dichos oficiales, sólo se pregunta cuándo se la obligará a efectuar el pago.

Este asesinato recuerda, sin lugar a dudas pero con enorme preocupación, el de José Calvo Sotelo. En una sociedad tan brutalmente fracturada como la nuestra hoy, soportó el mismo acoso que el Fiscal y había dicho en las Cortes de los Diputados española, luego de las reiteradas amenazas contra su vida, "yo tengo anchas las espaldas". Horas más tarde, el 13 de julio de 1936, apareció su cadáver y sólo cinco días después estalló la Guerra Civil, que costó un millón de muertos. 

El servicio secreto iraní, uno de los más eficaces que se conocen, tuvo en la mira a Nisman durante años; sin embargo, nada le sucedió y continuó trabajando en la persecución a los autores materiales e intelectuales del atentado a la AMIA. Cuatro días después de imputar a la Presidente de la República la responsabilidad de organizar y encabezar una asociación ilícita para exculpar a los terroristas y altos funcionarios de Irán y de traición a la Patria, apareció muerto por un disparo en la cabeza.

El atroz asesinato del Fiscal está cumpliendo, en la memoria colectiva, un papel que, en parte, favorece al Gobierno; estamos olvidado lo principal, es decir, su monumental denuncia contra doña Cristina y su entorno, a quienes acusó de entregar la investigación del atentado a la AMIA a los terroristas iraníes responsables de su comisión; esto convierte en prioritaria esa causa e impone al Juez Lijo la obligación de acelerar su investigación y la total difusión de las grabaciones que la sustentan, hoy sólo parcialmente conocidas.

También ha conseguido esconder la denuncia formulada por Fiscal General ante la Cámara Federal en lo Criminal y Correccional contra la Presidente por dar encubrimiento y protección a Lázaro Báez en la causa por el lavado de dinero en los hoteles de Cristina y sus hijos.

Tal como sostuve en la nota que escribí tres horas después de conocer la pavorosa noticia, el Gobierno no tiene forma de evitar que la responsabilidad recaiga sobre él, sea por la directa autoría del crimen, sea por la ineficacia en su custodia. Porque, pese a sus enormes esfuerzos, el oficialismo no consiguió "vender", siquiera artesanalmente, su hipótesis original del suicidio por la vergüenza que hubiera debido soportar ante lo endeble de sus acusaciones, ni tampoco la de la inducción al mismo por fuerzas irresistibles; el jueves, la Presidente debió girar en el aire -como lo hizo en el caso de SS Francisco- y confesar que se trató de un asesinato, que atribuyó a otro complot en su contra, pero sin cumplir su deber de denunciar el presunto ilícito ante la Justicia. Aún así, ningún funcionario, ella incluida, se privó de denostar a Nisman y de intentar cubrirlo con un manto de sospechas de todo tipo; se llegó al patético extremo de vincular la muerte con una tapa de Clarín que había reflejado las masivas manifestaciones en Francia por el atentado de Charlie Hebdo.

La prueba mayor del knock-out que sufrió el Gobierno fue la apresurada convocatoria a todos los monjes tibetanos que militan en el ¿Frente para la Qué? el mismo jueves a la sede del Partido Justicialista donde, compelidos por sus exhaustas cajas provinciales y sindicales, se vieron obligados a suscribir un patético documento para acusar de la gran conspiración a los medios no oficialistas y transformarse así, literalmente y en virtud de la proximidad de muchas elecciones locales, en bonzos; hicieron trizas la famosa máxima del peronismo que, hasta ahora, acompañaba hasta la puerta del cementerio pero no se enterraba con el antiguo líder. A partir de hoy, ninguno de esos actuales mandatarios podrá aspirar a una reelección, salvo quizás en los feudos del norte, que no "pesan" en votos para la gran contienda nacional.

Es que hay demasiados cabos sueltos, y demasiadas explicaciones oficiales y judiciales que no cierran. Hasta el domingo pasado, Nisman debió haber sido el ciudadano mejor protegido de la Argentina, toda vez que sus imputaciones a la Presidente y su anunciada presentación ante el Congreso, lo constituyeron en el principal blanco móvil. Sin embargo, los diez hombres asignados a su custodia no bastaron para evitar el desenlace final: ¿impotencia, complicidad o sólo torpeza?

Las preguntas, aún hoy, siguen siendo muchas, en especial después de las declaraciones de Parrilli, nuevo jefe de la SI, y Berni, el locuaz Secretario de Seguridad, transformadas en sólo veinticuatro horas en mentiras flagrantes por un espía, un piquetero y el cerrajero convocado. De todas maneras, ¿resultaba creíble que la madre se hubiera sentado durante más de una hora en una cama, ignorando si su hijo vivía o había muerto en el baño tan cercano?; si Nisman pensaba suicidarse en horas, ¿para qué habría de dejar una nota a su mucama con la lista de compras que debía efectuar al día siguiente?; ¿por qué habría utilizado una pistola de un calibre tan pequeño, cuyo disparo es más apto para causar ceguera o incapacidad que muerte?. Algo huele a demasiado podrido en Puerto Madero, y el Gobierno carece de desodorante de ambientes.

Tanta ha sido la repercusión del caso en todo el mundo, y tal el desprestigio de nuestras instituciones, que ya ha sido reclamado en varios parlamentos extranjeros la constitución de una comisión internacional para la investigación del magnicidio.

Un dato muy triste y  relevante posterior a la muerte de Nisman es la nuevamente comprobada falta de reacción de nuestra sociedad; ni siquiera este magnicidio, cuya autoría más del 57% de los argentinos atribuye al Poder Ejecutivo, logró que las calles y plazas del país aparecieran abarrotadas por miles de ciudadanos, como sí había sucedido en las manifestaciones de 2013. ¿Desinterés, hartazgo o miedo? 

La Argentina se encuentra en uno de esos raros momentos que se transforman en encrucijadas de la historia. En los próximos días sabremos si contamos con los estadistas que la hora requiere o si quienes se visten de opositores al kirchnerismo sólo son más de lo mismo. Porque la única forma de evitar un terrible desenlace es que, de una buena vez, se unan para ofrecer una alternativa republicana a la decadencia y al desmadre generalizados que hoy impera en esta republiqueta bananera en que pasivamente nos hemos convertido.

Si no lo hacen, si no están dispuestos a ceder sus personalismos para tomar conjuntamente el timón en medio del naufragio, la sociedad entera sentirá en carne propia los versos finales del poema de Borges: "Ya el primer golpe, ya el duro hierro que me raja el pecho, el íntimo cuchillo en la garganta".


Bs.As., 25 Ene 15

El veneno socialista contamina Latinoamérica

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